Silvia es pura energía, y nada más terminar los estudios puso en marcha una idea de negocio
que llevaba trabajando los dos últimos años de carrera.
Su generación es muy dada a compartir y alquilar, por lo que se asoció con dos compañeros de clase
para crear una web en la que los usuarios pudieran intercambiar viviendas cuando quisieran viajar, a cambio de una pequeña prestación económica.
Después de 4 años
de duro trabajo, los tres socios no ven clara la viabilidad de su empresa. La competencia es feroz, un elevado porcentaje de usuarios no repite compra, y generar tráfico hacia su web se encarece continuamente. Ponen en marcha diferentes iniciativas, cada uno tiene una visión diferente de cómo crecer, pero no hay acuerdo en cómo seguir adelante, y la relación entre ellos empieza a estropearse.