Natalia estudió arquitectura, pero su gusto por la moda y la pasión por sus hijos le llevó a fundar su propia empresa de moda infantil, con el apoyo económico de su familia y la entidad financiera.
Sus diseños aparecen en las principales revistas de moda y el número de tiendas por todo el territorio nacional van en aumento.
No obstante, Natalia está recibiendo noticias de su entidad financiera
que la inquietan, la escasez de tesorería provoca impagos a proveedores, y el suministro de materiales empieza a tener carencias importantes.
En estos años de éxito comercial y social, Natalia ha estado centrada en el diseño, producción y comunicación de su marca, pero no ha prestado suficiente atención a los estados financieros, ni la realidad de la gestión en tienda. Y ahora se encuentra en una situación extrema.